Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en palabras.
Cuida tus palabras, porque se convertirán en actos.
Cuida tus actos, porque se convertirán en costumbres.
Cuida tus costumbres, porque forjarán tu carácter.
Cuida tu carácter, porque formará tu destino.
Y tu destino será tu vida.
Ghandi

jueves, 20 de mayo de 2010

El Saler, mis primeros 18

Diseñado por Javier Arana en el año 1967, el campo de golf El Saler, junto con el de Valderrama están considerados los mejores campos de España y entre los diez mejores de Europa.
Mi cita era a las 12:30 de la mañana en el tee del hoyo 1. Llegué con tiempo suficiente a la localidad valencia de Saler, pero gracias a las inexistentes señales indicativas de dónde se encontraba el parador, me tocó pisar un poco más el acelerador.
A las 12:10 entraba en el impresionante vestíbulo del parador, me registraba y tras ser acompañada por el botones a mi habitación y escuchar sus indicaciones sobre la misma, eché a correr por el pasillo hacia el aparcamiento, me calcé mis zapatos de golf, tomé mi bolsa a los hombros y rápidamente me dirigí hacia el hoyo 1.
A los pocos minutos de llegar, el Masters del campo pronunció mi nombre, me presentó a mis compañeros de partido y nos dispusimos a salir, los hombres desde estacas amarillas, las damas de las estacas rojas.

Era la primera vez que jugaba 18 hoyos, no me dio tiempo a tirar unas bolas en la pista de prácticas y así calentar un poco el cuerpo, no obstante mis primeros hoyos no resultaron una catástrofe. No he perdido mi swimg y mi juego corto sigue necesitando de mucha más práctica.
El objetivo de este día era disfrutar del entorno, el campo, de mis buenos golpes y de los malos y de la conversación de mis compañeros de partido. Los primeros nueve hoyos estuve acompañada de una encantadora pareja de valencianos que llevaban más de veinte años jugando al golf. Montse, como se llamaba mi compañera,  se encargó durante todo el recorrido de explicarme cada hoyo: dónde se encontraba la bandera, dónde dirigir el primer golpe,  las caídas del green... y cómo no, en el hoyo 6, cuando nos encaminábamos hacia el segundo golpe, a mitad del recorrido me dijo:- Celia, gírate y mira... mis ojos descubrieron una imágen que nunca podré olvidar, una bella postal con el mar en el fondo, un velero a lo lejos y todo ello sobre una alfombra de césped.
Llegando al final de mi recorrido, tras casi seis horas de partido, realicé la última sugerencia de Montse, subir en el hoyo 18 a la salida profesional, (estacas blancas) y disfrutar de las vistas: a la derecha se divisa el puerto de Valencia, hacia la izquierda las costa levantina hasta Cullera en días claros -no era el mejor día-, estaba acercándose una tormenta y ya sentía el frescor de la lluvia sobre mi piel.


Me tocó dar una carrerita para llegar a mi habitación no demasiado mojada. No me importa disfrutar de la lluvia, pero en unas horas me esperaban en Valencia para cenar y tenía poco tiempo.
Sobre las 9 de la noche, aparcaba en el Mercado de Colón, y disrutaba de un largo paseo hasta el restaurante Carosel; no sé si era porque estaba cansada, porque había demasidado ruido, por la comida... pero no disfruté de la noche. Después de  la cena y una copa en un café del barrio del Carmen, me acercaron a recoger mi coche para poder irme a descansar. 
Eran casi las tres de la mañana cuando llegaba al Parador...disfrutaba de la tranquilidad , de la naturaleza y de la magia de la noche...



Una jornada demasiado larga, pero excitante. En la cama, observando el cielo nocturno a través del ventanal horizontal  de mi habitación (ocupaba toda la pared)...  ensimismada en mis pensamientos, disfrutando del  firmamento... sin ofrecer ninguna resistencia fui dulcemente raptada por Morfeo...
...dulces sueños Celia.

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