Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en palabras.
Cuida tus palabras, porque se convertirán en actos.
Cuida tus actos, porque se convertirán en costumbres.
Cuida tus costumbres, porque forjarán tu carácter.
Cuida tu carácter, porque formará tu destino.
Y tu destino será tu vida.
Ghandi

domingo, 26 de junio de 2011

Sólo una noche



Es fácil quedarse con lo evidente de esta película: la infidelidad de hombres y mujeres; sin entrar en debates absurdos sobre quienes lo son más.
Al terminar de ver este film, algunas preguntas me vienen a la cabeza.
¿Es necesario tener opciones para darte cuenta de a quién se quiere realmente?.
Cuando verbalizas sensaciones sobre ciertas actitudes que percibes que tu pareja tiene hacia otra persona, ¿le estás incitando a que muestre interés por ella/él?
¿Somos infieles cuando dejamos a un lado el raciocinio y sólo nos movemos por instinto?
¿Existen relaciones intensas con otras personas que no se pueden hacer realidad porque no llegaron en el momento adecuado?
Si caes en la tentación, ¿cómo se puede volver a mirar a tu pareja?
Es conveniente para una relación, admitir que caíste en la tentación?
¿La única posibilidad de tener alguien fiel a tu lado es comprarte un perro?
...

Hombres y mujeres, mujeres y hombres unos intentando dejar atrás una educación machista transmitida de generación en generación; otras, engañadas por la corriente feminista, cometiendo los mismos errores que criticaban de los hombres. Todos iguales en el ámbito laboral pero completamente distintos física y psicológicamente.
Seres humanos que vienen de entornos distintos, con educación y valores diferentes, que deciden convivir en un espacio vacío y nuevo que irán llenando con proyectos comunes, con sus diferencias, con sus semejanzas. Valorando, aceptando, respetando espacios propios pero compartiendo y disfrutando los comunes.
Cometemos el error de construir en nuestra mente una pareja ideal, a todas nuestras relaciones les sacamos pegas porque siempre la comparamos con esa imagen fabricada por nosotros que sólo se encuentra en nuestra cabeza, no existe en el mundo real.
Hay que valorar realidades, hechos, acciones, no buscar fantasías creadas a nuestro antojo.

En las relaciones escucha a tu corazón y haz caso a la razón.
Complicado, verdad?

Lo fácil... quedarse con el perro.

martes, 21 de junio de 2011

Botiquin de Emergencia

Un buen amigo me lo envió...



Gracias!!!

viernes, 17 de junio de 2011

Como el lápiz

El niño miraba al abuelo escribir una carta. En un momento dado le preguntó:

- ¿Abuelo, estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, por casualidad, una historia sobre mí?
El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto:

-Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras, es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.

El nieto miró el lápiz intrigado, y no vio nada de especial en él, y preguntó:
- ¿Qué tiene de particular ese lápiz?


El abuelo le respondió:
- Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues
mantenerlas, harán de ti una persona en paz con el mundo.

Primera cualidad: Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. Esta mano la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.

Segunda cualidad: De vez en cuando necesitas dejar lo que estás escribiendo y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final, estará más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.

Tercera cualidad:
El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.

Cuarta cualidad:
Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.

Quinta cualidad:
Siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida, dejará trazos. Por eso intenta ser consciente de cada acción.

jueves, 9 de junio de 2011

El Helecho y el Bambú


Un día decidí darme por vencido.Renuncié a mi trabajo, a mi relación, a mi espiritualidad.
Quería renunciar a mi vida. Me fui al bosque para tener una última charla con Dios.
"Dios", le dije: ¿podrías darme una buena razón, para no darme por vencido?Su respuesta me sorprendió: "mira a tu alrededor". Éll dijo: ¿Ves el helecho y el bambú? "Sí" respondí. Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. Les di luz, les di agua. El helecho rápidamente creció, su verde brillante cubría el suelo.Pero nada salió de la semilla del bambú. Sin embargo no renuncié al bambú.
En el segundo año, el helecho creció más brillante y abundante. Y nuevamente, nada creció de la semilla del bambú. Pero no renuncié al bambú, dijo Él.
En el tercer año, aún nada brotó de la semilla del bambú. Pero no renuncié, me dijo.
En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla del bambú. No renuncié, dijo.
Luego en el quinto año, un pequeño brote salió de la tierra. En comparación con el helecho, era aparentemente muy pequeño e insignificante. Pero sólo seis meses después, el bambú creció más de 100 pies de altura. Se había pasado cinco años echando raíces. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.
"No le daría a ninguna de mis creaciones un reto que no pudiera sobrellevar" ¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces?
No renuncies al bambú. No te compares con otros. Él me dijo: El bambú tenia un propósito diferente al del helecho, ambos eran necesarios y hacían del bosque un lugar hermoso.
Tú tiempo vendrá. ¡Crecerás muy alto! ¿Qué tan alto debo crecer? pregunté. ¿Qué tan alto crecerá el bambú?Me preguntó en respuesta. ¿Tan alto como pueda? Indagué.

Nunca te arrepientas de un día de tu vida.
Los buenos días te dan felicidad.
Los malos días te dan experiencia.
Ambos son esenciales para la vida.
La felicidad te mantiene dulce.
Los intentos te mantienen fuerte.
Las penas te mantienen humano.
Las caídas te mantienen humilde.
El éxito te mantiene brillante.
Pero solo Dios te mantiene caminando ...

No renuncies a tus sueños solo por no ver resultados.