Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en palabras.
Cuida tus palabras, porque se convertirán en actos.
Cuida tus actos, porque se convertirán en costumbres.
Cuida tus costumbres, porque forjarán tu carácter.
Cuida tu carácter, porque formará tu destino.
Y tu destino será tu vida.
Ghandi

domingo, 27 de septiembre de 2009

Maó

La última etapa de mi viaje en Menorca fue la ciudad de Maó, centro administrativo de la isla desde que los briatánicos así lo establecieron en el siglo XVII.
Con la mañana avanzada y un sol de justicia nos dirigimos hacia la fortaleza de "La mola", mandada construir por Isabell II entre 1848 y 1847, para defenderse de la presión británica que amenazaba con volver a la isla para utilizarla como base de defensa contra los franceses.
Nuestra visita fue comentada por nuestro guia "chelero" particular, ( siempre es recomendable viajar con un licenciado en historia) y amenizada por las variadas bromas que gastábamos el pequeño grupo que le seguíamos en sus explicaciones.
"La mola" actualmente, también es utilizada como centro de exposiciones o lugar donde se celebran conciertos al aire libre.
Las vistas de la ciudad de Maó son espectaculares como podréis comprobar en la foto, de una aficionada, que os muestro a continuación.









Tras finalizar nuestra visita a la fortaleza, una hora y media más o menos, el taxi nos llevó al centro de la ciudad, donde para mi sorpresa, descubrí una ciudad con grandes toques británicos e inumerables lugares de interés que no se podían visitar en el poco tiempo que nos quedaba para llegar al aeropuerto y embarcar, es verdad que si hubieramos sabido que nuestro vuelo se iba a retrasar dos horas, hubieramos aprovechado más tiempo en descubrir la ciudad, que a diferencia de los comentarios de amigos que habían estado con anterioridad me gustó más que Ciutadella.








Nuestra pequeña escapada terminó cuando llegamos al aeropuerto, cansandos pero contentos porque nuestro viaje había resultado especial y graticante, habíamos descansado en las maravillosas playas de Menorca, visitado los lugares que llevábamos planeados, y habíamos dejado atrás la rutina de nuertos trabajos y regresabamos con las pilas recargadas.
A la 1.30 de la madrugada llegaba a mi casa, con la mochila llena de experiencias, imágenes, vivencias, cansacio y el buen sabor que simpre deja un viaje. Y teniendo la certeza de que viví no sólo aquello que deseaba, sino que también me dejé sorprender por aquello que no esperaba.

Todos debemos recordar que "para viajar en grupo , o en pareja, de forma pacífica es necesario que cada miembro se comprometa a llevar en su maleta cinco cualidades emocionales, imprescindibles para disfrutar plenamente de la experiencia: paciencia, flexibilidad, respeto, sentido del humor y gratitud"

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