Dame la mano que iremos por la orilla
junto a la orilla del mar
palpitante,
tendremos la medida de todas las cosas
solamente diciéndonos que nos seguimos amando.
Las barcas a lo lejos y las de la arena
adoptarán un aire fiel y discreto,
no nos miraran;
mirarán nuevas rutas
con la mirada lenta del buscador distraído.
Dame la mano y apoya la mejilla
sobre mi pecho, y no temas a nadie.
Y las palmeras nos darán sombra,
y las gaviotas bajo el sol que brilla
nos traerán la sal que empapa,
al amor, todo proa del mar:
y yo, entonces, besaré tu mejilla;
y el beso nos traerá el juego de amar.
Dame la mano que iremos por la orilla
junto a la orilla del mar
palpitante,
tendremos la medida de todas las cosas
solamente diciéndonos que nos seguimos amando.
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