Estandarte del Cristo de la Vega
Cuenta la leyenda que el Santísimo Cristo de la Vega fue testigo del juramento de dos amantes toledanos. Diego Martínez ante su marcha a Flandes, prometía a los pies del Cristo, desposar a Inés de Vargas cuando regresara de la guerra.
Pasaron los años, Diego regresó a Toledo con grandes honores ganados en la batalla, y sin buena memoria para cumplir las promesas a su "amada". Inés decidió llevarle ante el gobrenador Don Pedro Ruíz de Alarcón, para exigirle que cumpliera su palabra. Éste ,después de oir las alegaciones preguntó a Inés si tenía algún testigo que corroborara lo que ella afirmaba... un incómodo silencio se hizo en la sala... Diego se marchaba - creyéndose victorioso-, antes de cruzar la puerta, doña Inés dijo que le detuvieran pues tenía un testigo del juramento realizado por Don Diego años atrás, ese testigo era el Cristo de La Vega.
En presencia de la imágen, al Cristo se le preguntó:-¿juráis ser cierto que un día, a vuestras divinas plantas, juró a Inés, Diego Martínez por su mujer desposarla?- El Cristo bajó su mano derecha y todos escucharon decir: -sí, juro-.
En el primer minuto del viernes santo, todos los años, desde la catedral primada de Toledo parte el Santísimo Cristo de la Vega. En la Plaza del Ayuntamiento, el coro del Seminario, interpreta un motete en su honor. Continúa su recorrido por la calle de La Plata, pasa por los aledaños de los conventos de las gaitanas, de los padres carmelitas, de las franciscanas clarisas de Santa Clara y de las comendadoras de Santiago. En este momento, pasadas las 2 de la madrugada el Cristo de la Vega "pasea" por una de las zonas más hermosas de Toledo, los cobertizos.
Cobertizo 1:00 AM by Celia
Saliendo de los cobertizos, el Cristo de la Vega entra el la plaza de Santo Domingo El Real,
Santo Domingo El Real by Celia
Cuando el Cristo del brazo descolgado se sitúa frente al Cristo Redentor, Los Caballeros del Capítulo de Cristo Redentor cantan el Miserere, son las 2:oo de la madrugada, la plaza está llena de gente, silencio contenido, sólo interrumpido por los clicks de las cámaras fotográficas y los falshes de los teléfonos moviles. Terminado el canto, el Cristo se dirige a su mezaquita, quedan dos largas horas recorriendo las calles hasta llegar a la Puerta del Cambrón, y desde allí, la bajada en zig-zag de la cava hasta llegar a su mezquita.
Silencio ante la imágen del Cristo de la Vega, cuatro horas de procesión que invitan al recogimiento interior. Es Semana Santa, tiempo de silencio, de gratitud, de esperanza y de alegría. Es empezar, empezar, empezar otra vez...
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